miércoles, 1 de mayo de 2019

don quijote de la mancha

don quijote de la mancha 



EN UN LUGAR DE LA MANCHA de cuyo nombre no quiero acordarme no ha mucho tiempo que vivia un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocin flaco y galgo corredor. una olla de algo mas vaca que carnero, salpicon las mas noches, duelos y quebrantos los sabados, lentejas los viernes algun palomino de añadidura los domingos, consumian las tres partes de su hacienda. el resto della conclian sayo de velarte, calzas de velludo para las fiestas, con sus pantuflos de lo mesmo, y los dia de entresemana se honraba con su vellori de lo mas fino.

tenia en su casa una ama que pasaba de los cuarenta, y una sobrina que no llegaba a los veinte, y un mozo de campo y plaza que asi ensillaba el rocin como tomaba la podadera. frisaba la edad de nuestro hildago con los cincuentas años. era de complexion recia, seco de carnes, enjunto de rostro gran madrugrador y amigo de la caza. quieren decir que tenia el sobrenombre de quijada o quesada, que en esto hay alguna diferencia en los autores que deste caso escriben; aunque por conjeturas verosimales se deja entender que se llama quejana. 




pero no importa poco a nuestro cuento, basta que en la narracion del no se salga un punto de la verdad.

es, pues de saber que este sobredicho hildago, los ratos que estaba ocioso que eran los mas del años, se daba a leer libro de caballerias con tanta aficion y gusto, que olvido casi de todo punto al ejercicio de la caza, y aun la administracion de su hacienda , llego a tanto su curiosidad y desatino en esto , que vendio muchas hanegas de tierras de sembraduras para comprar libros de caballeria en que leer y asi llego a su casa todos cuanto puedo haber de ellos.



de todos, ninguno le parecia tan bien como los que compuso el famoso feliciano de silva, porque la claridad de su prosa de aquella entricada razones suyas le parecia de perlas y mas cuando llegaba a leer aquellos requiebros y cartas de desafio donde muchas partes halllaba escrito la razon de la sinrazon que a mi razon se hace de tal manera mi razon emflaquese que con razon me quejo de la vuestra fermosura y tambien cuando lei los altos cielos que se vuestra divinidad divinamente con las estrellas os fortifican y nos hacen meresedoras del merecimineto que merece la vuestras grandeza .

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